Nuevo Ejecutivo y nueva mesa directiva del Congreso
Finalmente, el Congreso eligió a Francisco Sagasti como presidente de la nueva mesa directiva. Y de acuerdo a la sucesión establecida en la Constitución, asumirá la jefatura de Estado y dirigirá la transición hacia las elecciones nacionales del 2021. De otro lado, Mirtha Vásquez, militante del Frente Amplio, presidirá el Congreso. Al margen de cualquier adhesión o rechazo, cualquier republicano debe reconocer que se mantuvieron las formas constitucionales. Es decir, la sucesión se desarrolló de acuerdo a lo establecido en la Constitución y se ratificó la renuncia de Manuel Merino y la vacancia presidencial de Martín Vizcarra.
Sin embargo, un hecho que se registrará en la historia del Perú es la autodisolución de facto que se produjo en el Congreso, cuando las nueve bancadas que participaron en la vacancia se inhibieron de participar en la nueva sucesión constitucional con el extraño argumento de que la calle exigía que no participaran los protagonistas de la vacancia. Este argumento, que los griegos llamaban oclocracia –es decir, el gobierno de la muchedumbre o de la calle–, que algunos sectores invocaron como “la razón principal” de la transición, ha sepultado todos los sistemas republicanos a lo largo de la historia de la humanidad: desde Julio César en la Roma antigua, pasando por el nazismo de Hitler, hasta Chávez y los regímenes bolivarianos en nuestra región.
A partir del gobierno de la calle solo se puede entender que las minorías del Congreso hoy conduzcan el Ejecutivo; y que el Frente Amplio, un partido con programa comunista que plantea una asamblea constituyente, ahora dirija el Poder Legislativo. El sistema republicano ha sido herido de gravedad por el argumento de la calle, pero es hora de persistir en la institucionalidad.
No obstante pese a todos estos argumentos se mantuvieron las formas constitucionales. ¿Qué se puede hacer si la ineptitud de los principales partidos del Congreso produce una vacancia –como si se tratara de una junta de vecinos–-, luego se retira el apoyo a la nueva administración ante la primera crisis y, finalmente, deciden disolverse por mano propia? La pobreza y mediocridad de estos grupos, sin embargo, no llegó a alterar la formas democráticas y la elección del presidente Sagasti, desde el punto de vista constitucional, puede considerarse impecable.
Una de las cosas que produce cierta tranquilidad es la trayectoria académica y profesional de Sagasti. Se puede discrepar con él; pero considerando su historia es difícil imaginar en su Gobierno las mismas sombras que se dibujaban en la administración Vizcarra con respecto a la transparencia del proceso electoral del próximo año. Lo que sí produce enorme preocupación es que los sectores antimineros, anti inversión, que promueven los bloqueos en las zonas mineras, ahora se representen en la presidencia del Congreso sin haber ganado una sola elección.
Por todas estas consideraciones, la posibilidad de despejar dudas de parte de la nueva administración Sagasti pasará por convocar un gabinete de ancha base que represente a todos los sectores del país. De lo contrario, ya sea a través del Congreso o mediante el argumento de la calle, volveremos a reeditar un nuevo capítulo de la guerra política que se desató luego de las elecciones del 2016 con la reacción de Fuerza Popular, la renuncia de PPK. Una guerra que la administración Vizcarra llevó hasta el paroxismo, el cierre inconstitucional del Congreso, la vacancia de Vizcarra y la renuncia de Merino.
Las autoridades de hoy deben recordar que nunca ganaron una elección y que, en los últimos procesos electorales nacionales, ganaron fuerzas políticas que hoy no conducen la transición política por una acumulación de impericias y mediocridades. Y sobre todo, deben recordar una sola cosa: todas las elecciones nacionales, desde el nuevo milenio, se han venido pronunciando por mantener la vigencia de la actual Carta Política. Que si los comunistas que hoy asoman en el Legislativo, con sus afiebradas propuestas de constituyente, se atreven a ensayar el libreto chavista de la constituyente, las fuerzas republicanas no lo permitirán.