Tras un emotivo homenaje dedicado a las víctimas y damnificados de los incendios en Chile, Alejandro Sanz abrió el Festival de Viña del Mar 2024 con una presentación de alto vuelo. El cantautor español entregó un repertorio cargado de sus temas más clásicos y saludó a los voluntarios que trabajan en las zonas afectadas por el fuego.
«Esta vez no estamos todos», expresó María Luisa Godoy, conductora de Viña 2024, al dar inicio a la edición número 30 del festival. Su compañero Francisco Saavedra recordó a los 134 fallecidos por los incendios y solicitó «un respetuoso momento de silencio».
Después, el ballet del festival presentó un emotivo número en el que se escucharon temas como Yo vengo a ofrecer mi corazón, Lucha de gigantes y Un mar de gente, interpretados por Consuelo Schuster, Soulfia y Kidd Voodoo.
Alrededor de las 8 p.m., Alejandro Sanz salió al escenario, siendo presentado como «el artista español más influyente de este siglo». Vestido con un traje negro, gafas oscuras y zapatillas blancas, comenzó su actuación con su canción más personal, Bio.
Continuó con No es lo mismo y Lo que fui es lo que soy. También interpretó Deja que te bese, El alma al aire, Regálame la silla donde te esperé y Hoy llueve, hoy duele, junto a una banda en vivo en la que destacaban mujeres en los coros, el piano y el bajo.
La canción más emotiva del repertorio de Alejandro Sanz fue Looking for a paradise, que dedicó a los voluntarios de las “ollas comunes” en las zonas afectadas por los incendios forestales. Sanz expresó que la cantaba «con todo el amor del mundo».
“A los voluntarios que están allí… y a todos los que están trabajando en otros sitios, les agradezco porque de esas personas podemos, como humanidad, nutrirnos, porque son gente que desinteresadamente lo entregan todo. Va por ustedes”.
El espectáculo, que tuvo una duración de alrededor de una hora y media, cumplió con su espíritu nostálgico cuando Alejandro Sanz entonó una serie de clásicos, incluyendo La fuerza del corazón, Cuando nadie me ve, Amiga mía y Corazón partío, entre otras.
Cerca del final, llegó el esperado ritual de los animadores. Sanz recibió la clásica Gaviota de Plata, seguida de la Gaviota de Oro solicitada por el Monstruo de la Quinta Vergara como reconocimiento al espectáculo y la empatía del español ante la tragedia en Chile.
Cerró su concieto con Mi soledad y yo, ¿Si fuera ella? y Ese último momento. “No se olviden de la gente que le ha ido mal… No abandonen a su gente que lo necesita mucho”, fueron las últimas palabras del cantante, instando al público a continuar apoyando a los damnificados por los incendios.