Marc Anthony, Bad Bunny, Mon Laferte y Maluma fueron recibidos en el Perú cuando aún no tenían la fama que tienen ahora. | Fuente: Facebook Oficial
Benito Antonio Martínez Ocasio, el artista puertorriqueño mejor conocido como Bad Bunny, ha provocado un auténtico revuelo tras anunciar una gira mundial que lo traerá de regreso a Lima para un concierto el próximo 13 de noviembre en el Estadio Nacional. Las entradas para este show, que promete ser multitudinario a pesar de la pandemia de la COVID-19, alcanzan los 680 soles.
Nada mal para un reguetonero que hasta hace poco más de cinco años, realizaba giras por discotecas de Lince y balnearios de Lima, en conciertos con entrada libre hasta las 11 de la noche y cuyos tickets costaban 20, 30 y máximo 50 soles.
Ahora los precios han subido. Ver a Bad Bunny puede llegar a costar 680 soles y la entrada más barata, en la lejana Tribuna Norte —desde la cual Benito Martínez realmente debe lucir como un pequeño conejito— 175 soles. Gabriel Tintaya, coordinador del club de fans peruano de puertorriqueño fue co-organizador de los shows de aquella gira discotequera de 2017 y no exagera cuando dice que varios seguidores del ‘Conejo Malo’ que en esa época entraban gratis si llegaban al show antes de las 11 p.m. podrían quedarse sin ver a su ídolo, básicamente por razones económicas.
«Años atrás [Bad Bunny] no era tan conocido y las entradas estaban recontra cómodas, incluso habíamos regalado sus entradas, hasta un cierto horario. Su gira del 2017 fue en discotecas, lo más grande que hizo fue en el sur de Lima, en un festival en Punta Hermosa con Don Chezina. Hoy, hasta sus ‘haters’ se pelean por estar en su concierto», comenta Tintaya.
Para acabar con nuestra incredulidad, el coordinador del club de fans del reguetonero nos envía imágenes de las entradas que guarda de aquella gira. Bad Bunny encabezaba el show, Don Chezina (en ese entonces ya una leyenda opacada por las nuevas generaciones de la música urbana) y Leslie Shaw se encargarían de animar a los asistentes en la previa.
Para verlos sin pagar entrada, solo tenías que ser puntual. Incluso, cuenta Tintaya, un grupo de seguidores fieles lograron entrar al backstage y saludar al artista. Pero algo rápido, no más, porque en esa época el itinerario podía incluir hasta tres discotecas en una sola noche. «Era más fácil acercarse [a Bad Bunny] en ese entonces. Ahora esperemos que se dé la oportunidad nuevamente, de tener ese acercamiento. La gran mayoría lamentablemente no va a poder acceder al costo de las entradas», confiesa, preocupado, el fanático.
Benito Martínez, Bad Bunny, integra ahora la selecta lista de celebridades que pasaron por el Perú cuando la fama aún no les había llegado. En 2013, por ejemplo, un tal Maluma fue concursante del ‘reality’ Combate durante una semana. En 2009, los representantes de un artista colombiano llamado José Álvaro Osorio Balvín rogaban que los medios de comunicación lo entrevistaran, que había lanzado su primer disco, que el género pronto iba a dar que hablar. Su nombre artístico era J Balvin. El resto es historia.
Hoy, tener una entrevista con Maluma o J Balvin puede ser una tarea casi imposible.
Si retrocedemos un poco más, precursores del recurseo musical que hoy tienen nombres altísimos como los colombianos Shakira y Juanes pasearon sus melodías desconocidas por programas del mediodía de la televisión peruana. El periodista Óscar García recuerda que el intérprete de «A Dios le pido» tocaba gratis en el Canal 4 y que a veces se olvidaban de recogerlo. Los escolares lo reconocían y conversaban con él mientras esperaba que vuelvan por él.
Pero quizás uno de los ninguneos más atrevidos sea el que le hizo la prensa de espectáculos a un cantante puertorriqueño, escuálido él, que llegó a inicios de los noventa para promocionar su carrera. «A ver, cántate algo, pues», le pidieron con cierto tono de burla a Marc Anthony. Un tiempo después, junto con La India, lanzaría el éxito «Vivir lo nuestro» y el resto ya lo conocemos.
Marc Anthony era, en ese entonces, telonero de salseros como Celia Cruz, José Alberto ‘El Canario’, entre otros, como recuerda el periodista uruguayo Fabián Muro. «La primera vez que Marc Anthony vino a Uruguay fue en 1994. Nadie sabía mucho de él. Ese show fue hecho en un lugar que se llama el teatro de verano que tiene capacidad para 2500 personas y con el correr de los años su fama creció tanto que cuando volvió hizo un concierto en el Estadio Centenario, con un público que serían unas 15 mil personas o más».
Trampolín de artistas desconocidos y ahora famosos ha sido el Perú: Karol G cantó en el estacionamiento de un centro comercial de Lima Norte; Mon Laferte recorría bares de Barranco; en los noventa podías ver a Shakira en la Feria del Hogar por 20 soles; y en los ochenta un joven Ricardo Montaner solía cantar en la Teletón. Los fanáticos peruanos ahora recibirán nuevamente a Bad Bunny, pero a qué precio. Nosotros solo diremos: “te deseo lo mejor”.