Fondos aportados por los usuarios debe usarse eficientemente
La masificación del gas natural (GN) es una promesa que se viene haciendo desde hace 16 años y que no se analiza con acuciosidad, hacerlo se ha convertido en herejía. Consciente de ello, asumo el reto a propósito de la enésima postergación del Concurso Público Internacional para la Masificación del Gas Natural en Siete Regiones.
El Concurso se convocó en diciembre del 2014, y el pasado mes de mayo se publicó una circular postergando la presentación de propuestas hasta el próximo 28 de junio. El proceso se ha caracterizado por la ausencia de postores; hasta marzo del 2019 solo aparecían tres: un consorcio liderado por una empresa constructora (China Ghezhobua Group Company Limited Sucursal Perú), Yacimientos Petrolíferos Bolivianos S.A. y la colombiana Gas Natural de Lima y Callao SA (Cálidda). esta última es la favorita para hacerse de la concesión por 32 años, periodo en el que dos años corresponden al inicio de la construcción.,
La tarea consiste en habilitar en ocho años, la cantidad de 113,535 suministros, en siete regiones: Ayacucho, Junín, Huancavelica, Apurímac, Cusco, Puno y Ucayali. Adicionalmente, el concesionario deberá habilitar cuatro estaciones para expendio de gas natural vehicular.
Cuando de evaluar costos de este concurso se trata, hay que delimitar dos sectores: los relacionados a la infraestructura y los de atención al consumidor para el suministro del GN. El costo de infraestructura está conformado por: tendido de redes (TR), derecho de conexión (DC) y acometida (CA), que corresponde a la interconexión de la red con los predios de los consumidores y el sistema integral de instalaciones internas (SIII).
Se ha establecido que el TR, expresado en valores por consumidor, tendrá un costo máximo de US$ 1,952. Los costos de atención al cliente incluyen suministro de GN, transporte en gasoducto Camisea-Ayacucho (transporte en camiones hasta las regiones, conocido como Tarifa de Transporte Virtual) y distribución/comercialización. Para un suministro residencial de bajo consumo, las suma por los cuatro conceptos señalados asciende a US$ 5.80 mensuales.
La inversión en infraestructura será cubierta por dos fondos que asumimos mes a mes los consumidores de electricidad, GLP y GN: Sistema de Seguridad Energética (SISE) y Fondo de Inclusión Social Energética (FISE). El monto máximo aprobado por consumidor conectado es de US$ 1,952 –adicionándole DC, CA y SIII–, evaluado a una tasa de descuento anual de 12% y con un horizonte de 30 años. Expresado en mensualidades es de US$ 23.14.
La interpretación de las cifras es la siguiente: a los fondos SISE y FISE se tiene que tomar mensualmente US$ 23.14 para suministrar GN a US$ 5.80 mensuales. En contraposición, tenemos que un consumidor de GLP gasta US$ 10 mensuales, que es lo que cuesta un balón de 10 Kg.
Ante las cifras señaladas una interrogante emerge: ¿por qué no asumir por el FISE la suma de 10 US$ por balón mensual? Con una decisión de esta naturaleza, el costo mensual para los consumidores de mínima demanda, sería cero, se les regalaría el GLP. Mientras que del FISE+ SISE, se tomaría mensualmente US$ 10 en lugar de US$ 23.14, generando un ahorro anual de US$ 17.9 millones en los fondos citados, que pueden ser usados para cerrar la brecha de electrificación al 100% y promover el almacenamiento descentralizado de GLP.
Queda meridianamente claro que el proyecto no tiene sentido porque dilapida recursos que le cuestan al público. Sería bueno que apenas haya mandatario electo se solicite al gobierno la paralización del concurso, porque tal como está concebido los únicos que rentarían son los productores, el transportista y el ganador de la concesión de distribución.