Necesita actualizar su organización partidaria
Los resultados casi destructivos del Gobierno de Castillo y del proyecto político colectivista desarrollado por el ala dura cerronista, traen otra vez la interrogante: ¿dónde está el APRA en estos momentos? En la actual destrucción institucional, con un Congreso de partidos opositores jugando al corto plazo, ¿dónde está la institución partidaria más longeva del Perú?
Antes de continuar, cabe decir que si bien ya se empieza a comparar y diferenciar los gobierno y los liderazgos de Pedro Castillo y de Alan García, la pregunta no es sobre el líder sino sobre la maquinaria, sobre el partido, sobre la estructura. Ahora bien, a juicio del suscrito el principal derrotero del APRA no está en aparecer en la lid política sino en encontrar su lugar en la sociología nacional. ¿A qué vamos? Lo explico.
Según la ciencia política un partido representa a un sector de la sociedad. Es decir, un partido es la correa de transmisión de las demandas, aspiraciones o paradigmas de un sector de la sociedad. Y aquí está el derrotero a superar por el partido de la estrella. El detalle es que la academia zurda se ha olvidado de hacer buena sociología; y con ello arrastró al sistema de partidos, incluyendo al de Alfonso Ugarte.
Si hoy el APRA no tiene la fuerza que se necesita en la actual escena política es porque no encuentra una ubicación en la sociedad peruana, porque no representa a esta nueva sociedad nacional, que es absolutamente diferente a la de décadas atrás. Hoy hay una sociedad emergente y plebeya, de clases medias y mestizas, no solo en Lima sino también en las regiones. Una sociedad en movimiento y de mercados populares que, a pesar de los males (covid-19 y la promesa colectivista), continúa innovando y desarrollando capitalismo.
No solo eso, desde la academia de ciencias sociales se soslaya que la sociedad nacional está compuesta además por una serie de instituciones “populares” y “plebeyas” (familia, tradiciones, mercados populares) tan potentes que dejarían atónitos a estos académicos. Como diría un sociólogo, hay una nueva “modernidad”; pero esta discusión es harina de otro costal, como se dice.
Pero a lo que vamos. El reto del APRA hoy es representar, representar y representar. Y representar a la sociedad nacional, plebeya, ancha y ajena. Es más, uno de los grandes males nacionales es que no existe un partido que represente de manera clara a esta nueva sociedad emergente, mestiza y de mercados populares. El APRA debe construir un relato, un pueblo social y político, y luego vendrá el pueblo electoral.
Ahora bien, se dirá también que el problema del APRA es la actualización de su organización partidaria; es decir, la máquina. De hecho, una organización política no puede tener el mismo esquema que hace un siglo. A las preguntas actuales, el APRA plantea respuestas del pasado.
Entonces, la idea es ahora que el APRA construya un nuevo sujeto social, político y luego electoral, basándose en la sociedad emergente, mestiza y plebeya. Ojo, aquí lo importante no es si se es más o menos “socialdemócrata”; lo importante es que el APRA represente al Perú plebeyo, de mercados populares, a lo largo y ancho del país, y con instituciones populares. Es lo que hizo Haya, es lo que toca hacer ahora.