- Especialistas del servicio de cardiología de hospital Almenara lograron cauterizar zona que provocaba la anomalía eléctrica en su corazón
- Síndrome de Wolff Parkinson White causaba a niño de 5 años , hasta 15 taquicardias diarias
Benjamín volvió a nacer con un corazón renovado. El procedimiento que le devolvió la oportunidad de vivir plenamente duro una hora, y estuvo a cargo del equipo multidisciplinario de enfermeras, anestesiólogos y cardiólogos intervencionistas del Hospital Guillermo Almenara. Su madre recibió el domingo, en su cumpleaños, el mejor regalo: la recuperada salud de Benjamín.
Los días previos a la semana santa, habían sido un verdadero calvario para este niño de solo 5 años y para su familia que tanto lo había visto sufrir y cargaba la cruz junto a él desde el 2019. Su diagnóstico era síndrome del Wolf Párkinson White, síndrome caracterizado por la existencia de una vía eléctrica adicional en las cavidades superior e inferior del corazón que provocaba un latido acelerado e innumerables taquicardias; en ocasiones hasta 15 veces al día, que obligaban su constante ingreso hospitalario por emergencia en plena pandemia.
El miércoles se decidió la intervención del equipo dirigido por el Dr. Fredy Chipa Ccasani Cardiólogo Electrofisiólogo del hospital Guillermo Almenara. El pequeño sufría de múltiples ataques de taquicardias, náuseas y mareos a pesar de haber recibido medicación.
Ese día el niño le pidió a su madre que no lo deje morir y entro confiando en las manos médicas, en Dios y en su abuelita que murió por COVID hace solo un mes.
Entonces se inició el procedimiento, se identificó la anomalía eléctrica a través de un estudio electrofisiológico más ablación. Este implica ingresar por la pierna del niño, a nivel de la vena femoral para llegar hasta el asanómalo. Usando un catéter se aplicó radiofrecuencia, que es una especie de micro cauterización para anular esa vía accesoria que tanto malestar generaba.
Finalizada la intervención, se monitoreo el corazón durante diez minutos y se comprobó que Benjamín se ha curado.
El tipo de anomalía que presentaba Benjamín no es muy común, algunos niños pueden sufrir de muerte súbita y a ello debemos sumarle el riesgo de que la fiebre que genera una infección como la COVID-19 puede ser el detonante de las múltiples taquicardias que pueden resultar fatales.
Debemos tener en cuenta que los síntomas pueden aparecer entre los once y los cincuenta años. Este atento a los latidos cardíacos fuertes y rápidos y sensación de mareo leve.
El tratamiento puede consistir en el uso de medicamentos o un procedimiento conocido como ablación. En algunos casos poco frecuentes, puede hacerse un shock eléctrico para restaurar la frecuencia cardíaca normal.
Este procedimiento de ablación es curativo en un 99% de casos, los cuadros de taquicardia no vuelven, ya han sido más de 50 niños intervenidos exitosamente en lo que va de la pandemia, por diversas patologías, en el servicio de cardiología.
Concluido el periodo de sedación, Benjamín despertó y al día siguiente pudo volver a casa al lado de sus padres y hermano. La pesadilla que vivió desde hace dos años ha acabado. No más dolores en el pecho ni mareos. Su corazón ahora alberga solo agradecimiento para todo el personal médico que lucho para salvarlo.