Organismo multilateral prevé que Latinoamérica crecerá 2% en el 2024
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó que la economía peruana crecerá 2.5% en el presente año y 2.7% el 2025.
El organismo multilateral destaca que solo Uruguay (3.7 %), Perú (2.5 %) y Colombia (1.1 %) mejorarían sus datos del 2023. Resalta, asimismo, que Venezuela experimentará la mayor alza de su producto en el 2024 (4 %), seguido de Paraguay (3.8 %), Brasil (2.2 %), Chile (2 %), Bolivia (1.6 %), Ecuador (0.1 %) y Argentina (-2.8 %).
“Salvo Argentina, no hay ningún país sudamericano que aparezca en negativo este año”, resaltó el Fondo Monetario Internacional.
Para el próximo año, el FMI espera los siguientes registros de crecimiento: Argentina (5 %), Paraguay (3.8 %), Venezuela (3 %), Uruguay (2.9 %), Perú (2.7 %), Colombia (2.5 %), Chile (2.5 %), Bolivia (2.2 %), Brasil (2.1 %) y Ecuador (0.8 %).
Asimismo, el FMI elevó hasta 2 % la perspectiva de crecimiento económico de Latinoamérica y el Caribe para el 2024; es decir, 0.3 puntos por debajo de la cifra del 2023 debido a la situación en Argentina.
En enero se atribuyó la disminución del ritmo de crecimiento de Latinoamérica y el Caribe en el 2024 a la caída de la economía argentina, si bien para el 2025 se esperaba una expansión de 5 %. Las cifras de este abril no modifican los pronósticos de entonces.
El organismo, dirigido por la búlgara Kristalina Georgieva, que difundió estas cifras en el marco de las reuniones de primavera que celebra el FMI con el Banco Mundial esta semana en Washington, proyecta que el PIB de Sudamérica pasará de 1.5 % el 2023 a 1.4 % en el 2024 y 2.7 % en el 2025.
En el caso de Centroamérica, el FMI considera que habrá una desaceleración desde un nivel de expansión de 4.2 % en el 2023 hasta 3.9 % y 3.8 % en el 2024 y 2025, respectivamente, mientras que en el Caribe contempla un impulso este año (9.7 %), frente al avance de 8.3 % en el 2023, pero para el 2025 reduce la expansión a 6.9 %.
Los pronósticos del FMI para el 2024 y 2025 en Latinoamérica y el Caribe están muy por debajo de lo anticipado para el conjunto de mercados emergentes y economías en desarrollo, pues para ambos años se sitúa en 4.2 %, y también de lo previsto para la economía global, que en los dos casos es de 3.2 %.
