La endodoncia es un procedimiento dental común y altamente efectivo que se utiliza para salvar dientes dañados debido a caries profundas, infecciones o lesiones traumáticas. También se conoce como tratamiento de conducto. Durante la endodoncia, el dentista elimina el tejido infectado o dañado del interior del diente, limpia y desinfecta el conducto radicular, y luego sella el espacio para prevenir futuras infecciones.
Este procedimiento es crucial para preservar la dentadura y la salud bucal de las personas de todas las edades. Sin la endodoncia, los dientes dañados podrían requerir extracción, lo que podría conducir a problemas como la pérdida ósea y la dificultad para masticar correctamente.
Gracias a la endodoncia, muchos pacientes pueden conservar sus dientes naturales y evitar la necesidad de prótesis dentales o implantes.
“La endodoncia es parte de la odontología que trata del diagnóstico, la prevención y el tratamiento de las enfermedades de la pulpa dental. La gente también identifica a veces la endodoncia con dolor, pero ahora con las técnicas de anestesia moderna los tratamientos de conducto radiculares no tienen por qué ser dolorosos. Y realmente son una medida muy efectiva para conservar nuestros dientes y preservar la salud”, explicó el doctor Carlos Mendiola en el programa Tu salud en Cayetano del canal Cayetano +.
Es importante tener en cuenta que la endodoncia es una práctica estándar en la odontología moderna y ha demostrado ser altamente efectiva en el salvamento de dientes y la restauración de la salud bucal.
Según explicó el doctor Mendiola, vicedecano de la Facultad de Estomatología de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, este procedimiento dental se realiza para tratar el interior de un diente cuando la pulpa (tejido blando en el centro del diente que contiene nervios, vasos sanguíneos y tejido conectivo) se ha infectado o dañado. Este procedimiento es comúnmente conocido como tratamiento de conducto o desvitalización.
En el proceso, el especialista procede en realizar la remoción cuidadosa de la pulpa infectada o dañada, la limpieza y desinfección del interior del conducto radicular, y posteriormente, el sellado del conducto para prevenir la reinfección. Esto ayuda a salvar el diente y evitar su extracción.
La endodoncia puede ser necesaria debido a una caries profunda, una lesión en el diente, una fractura dental, o incluso debido a tratamientos dentales previos que hayan afectado la pulpa del diente.
Es importante someterse a una endodoncia si se experimenta dolor severo, sensibilidad dental persistente, inflamación o enrojecimiento alrededor del diente, ya que estos pueden ser signos de una infección pulpar.
“Hacer un tratamiento de conducto es preservar el diente, en algunos casos ha habido mucha pérdida de sustancia dental puede ser esmalte puede ser dentina, puede haber una fractura, inclusive que haya ocasionado una exposición pulpar compleja y nos obliga a hacer un tratamiento de conducto. Sin embargo, si la raíz del diente se mantiene, en la actualidad tenemos técnicas que nos permiten construir sobre la base de un correcto tratamiento de conducto, colocar un espigo que nos va a permitir retener una corona que permitirá devolver la función del diente”, explicó.
Después de una endodoncia, generalmente se recomienda colocar una corona dental para proteger y fortalecer el diente tratado, ya que el diente puede debilitarse después del procedimiento. Con un cuidado dental adecuado, los dientes tratados endodónticamente pueden durar toda la vida.
Cabe señalar que el éxito del tratamiento dependerá de varios factores, lo cual incluye la habilidad del especialista que realice ese procedimiento, así la condición inicial del diente y la respuesta del cuerpo del paciente al procedimiento.
Aquí hay algunos puntos importantes a considerar:
Un diagnóstico adecuado es fundamental para el éxito de la endodoncia. Esto implica identificar correctamente la causa del dolor o la infección, así como evaluar la viabilidad del diente para el tratamiento de conducto.
La experiencia y habilidad del endodoncista que realiza el tratamiento son cruciales. Un endodoncista bien capacitado puede manejar una amplia variedad de casos, incluidos los más complejos.
El uso de tecnología moderna y equipos avanzados puede mejorar la precisión y la eficacia del tratamiento de conducto. Esto incluye el uso de microscopios operatorios, sistemas de irrigación avanzados y materiales de obturación de alta calidad.
La esterilización adecuada del equipo y la técnica aséptica durante el procedimiento son esenciales para prevenir la reintroducción de bacterias en el diente tratado.
Después del tratamiento de conducto, es importante restaurar adecuadamente el diente para prevenir la reinfección y restaurar su función y estética.
El seguimiento regular y el cuidado adecuado por parte del paciente son importantes para garantizar el éxito a largo plazo del tratamiento de conducto. Esto puede incluir visitas de seguimiento, mantenimiento de una buena higiene oral y evitar hábitos que puedan dañar el diente tratado.