Escribe: PAMELA ROMAN SZCZESNY
Lo que vimos este último domingo 3 de marzo, en el programa dominical Panorama, nos mostró una cara desconocida del destituido primer ministro Alberto Otárola que muchos ya conocíamos: el típico político poco agraciado (a mi parecer) que se aprovecha de su cargo y su poder para conquistar señoritas que están en busca de un trabajo bien remunerado y cierto cariño.
Según la protagonista de este lío rosa, la tarapotina Pinedo, el audio propalado y que revela una conversación amical de dos personas que se conocen muy bien, data del 2021, época en la que el primer ministro no ostentaba ningún cargo público. Esto nos deja dudas ante la posibilidad de que no haya ofrecido un cargo estatal o haya incurrido en la comisión de un delito, aunque tiempo después la dama en cuestión trabajó en el Ministerio de Defensa. Hay detalles por aclarar.
Pero el problema va más allá de un romance otoñal. Horas después hemos visto que esto no es sólo un “coqueteo” entre el premier y Yaziré, nos vamos dando cuenta de que la política peruana es un nido de grillos:, traiciones, complots, luchas de poder y seres oscuros detrás de artimañas para desestabilizar a sus enemigos.
A ningún político le interesa el Perú ni cómo resolver los problemas que tanto nos aquejan: la inseguridad ciudadana, la pobreza, la falta de trabajo y una recesión económica que nos golpea a todos. Los políticos están enfocados en derribar a quien les estorba, en saciar egos y sobre todo hacerse de dinero.
Creo que todos como ciudadanos debemos ir un poco más allá de lo circunstancial. A Otárola lo han querido tumbar y él, con sus debilidades carnales, les dio en bandeja de plata la oportunidad de hacerlo. Puede que sea verdad que el audio o video es pasado, pero ha sido la excusa perfecta para hacer tambalear su puesto, y de paso la poca estabilidad política que tenemos.
¿Se irá Otárola? ¿Dina lo echará? Creo que ya no. Está claro que esto es una pugna de poder. ¿Pero podrá elegir Dina entre su ministro y exabogado, que debe saber muchos de sus secretos? ¿O preferirá a su buen hermano Nicanor, que está sediento de poder y claramente ya es el poder en la sombra?.
Y el expresidente Martín Vizcarra ¿cómo entra en esta historia? Pues no ha podido encontrar mejor aliado que el hermano de la presidenta para continuar con su largo tiempo de impunidad, que espero –si existe justicia, al menos divina– que algún día acabe. Es muy importante averiguar qué lazos unen a Vizcarra con el hermano de la presidente; tenemos como punto de partida lo revelado por Pinedo. Hay mucha suciedad debajo de la alfombra.
Fue el propio Vizcarra quien señalo en X “Niego rotundamente que mi persona o el partido político «Perú Primero» haya organizado un complot en contra del premier. No conozco y menos he hablado con Nicanor Boluarte ni nadie de este gobierno”.
Ya tenemos un rompecabezas. ¿Quién miente? ¿Quién dice la verdad? ¿A quién creer? La verdad es que todos pierden. Y mucho cuidado, que la desconfianza en quienes nos gobiernan va en aumento, y eso es un caldo de cultivo para los grupos antisistema.
Lo cierto es que en el Perú nadie se aburre. En menos de 24 horas la situación y el panorama político pueden cambiar drásticamente. Esta historia continuará y dará mucho que hablar. Por ahora tenemos la novela del primer ministro Otarola que, por cierto, está dando batalla, y demuestra que es un hueso duro de roer.
Y mucho ojo, Otarola conoce muchos secretos del gobierno. Si sale del gabinete, ¿se llevará toda la información a su casa o la revelará? Y aún tenemos también la novela de la ex (por el momento) fiscal de la Nación Patricia Benavides, que no se sabe si retornará a su puesto. Y la otra novela que es la destitución de los integrantes de la Junta Nacional de Justicia.
Tenemos mucho por ver aún en nuestro querido país cargado de dengue, calor insoportable, inseguridad, corrupción y ministros cuestionados.