La epilepsia ha sido históricamente estigmatizada en muchas culturas y sociedades en todo el mundo. Esto se debe en gran parte a la falta de comprensión sobre su naturaleza y a la presencia de mitos; factores que han construido conceptos erróneos que han persistido durante mucho tiempo. Al respecto, la doctora María del Pilar Pozo, neuróloga egresada de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, brindó importantes apuntes de esta enfermedad cerebral crónica no transmisible que no discrimina edad.
El cuadro de epilepsia se diagnostica cuando una persona ha tenido al menos dos convulsiones no provocadas, separadas por un período de tiempo significativo, o cuando existe evidencia clínica o de pruebas médicas que sugieren un alto riesgo de tener futuras convulsiones.
“Esa convulsión es el evento que se manifiesta a través de sacudidas, pero también puede depender de la zona cerebral afectada; y ve, escucha cosas extrañas, así como también tiene sensaciones. O se apaga como quedándose ido. Allí podemos decir que ese evento es la convulsión. Y si esa situación se repite después a los tres meses y ya son dos o tres eventos, a todo ese cuadro, le llamamos epilepsia”, explicó la doctora Pozo en el podcast Tu salud en Cayetano.
La epilepsia se caracteriza por la presencia recurrente de convulsiones no provocadas, y su diagnóstico suele basarse en la evaluación clínica, la historia médica del paciente, estudios de neuroimagen y, en algunos casos, pruebas electrofisiológicas como un electroencefalograma.
Si alguien experimenta una convulsión, no significa automáticamente que tenga epilepsia, pero es importante buscar atención médica para determinar la causa subyacente y recibir el tratamiento adecuado si es necesario. El diagnóstico y manejo de la epilepsia son responsabilidad de profesionales de la salud, como neurólogos y epileptólogos.
“Nosotros -los especialistas- para epilepsia en neurología nos basamos mucho en el evento inicial, la convulsión; la crisis como decimos nosotros y el riesgo de recurrencia. Si no hay riesgo de recurrencia y es solo una convulsión, no siempre tratamos, pero si ya hay alguien que se cae, golpea y hace momento de crisis, lo que hacemos es observar por tres o cuatro meses. Y si esto ya no vuelve a ocurrir, probablemente ya no le damos (tratamiento), obviamente lo observamos y le damos los signos de alarma”, añadió.
Así mismo, aclaró que las convulsiones pueden ser causadas por una variedad de factores, como fiebre alta, lesiones cerebrales, infecciones, trastornos metabólicos, consumo de drogas o alcohol, entre otros.
Es importante que cualquier persona que experimente convulsiones o síntomas similares sea evaluada por un profesional de la salud para determinar la causa subyacente y recibir el tratamiento adecuado. El diagnóstico y el tratamiento oportunos pueden ayudar a controlar las convulsiones y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Ha enfatizado la doctora Pozo.
Tomar en cuenta para auxiliar a una persona con convulsión debido a la epilepsia:
Mantener la calma para poder ayudar de manera efectiva.
Asegurar el entorno, por ejemplo, retirar objetos cercanos que puedan causar lesiones a la persona durante la convulsión.
Coloca almohadas o cualquier objeto suave debajo de la cabeza de la persona para prevenir lesiones en la cabeza.
No restringir los movimientos de la persona durante la convulsión.
Evitar introducir objetos en la boca, ya que esto puede causar lesiones.
Después que la convulsión haya terminado, colocar a la persona de lado para facilitar la respiración y prevenir la aspiración de saliva o vómito.
Buscar ayuda médica de inmediato.
Tiempo la convulsión, si es posible observa la hora de inicio y finalización de la convulsión. Esos datos pueden ser útiles para el médico que brinde atención posterior.
También, después de la convulsión, dar apoyo emocional a la persona. Puede estar confundida o asustada.