Tres millones de nuevos votos válidos favorecieron a Pedro Castillo
Sigue la discusión sobre las nulidades solicitadas por Fuerza Popular, que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) deberá dilucidar, y que desde la tienda naranja afirman que son del orden de 200,000 votos. Lo que se espera es que se resuelva de acuerdo a ley, y no según las preferencias de las partes. Opiniones sobre cifras más o cifras menos abundan; y por la pasión puesta, la objetividad siempre quedará en tela de juicio.
Más allá del debate cuantitativo, hay grandes cifras de votos que cambiaron de orientación y que ameritan un análisis de los motivos de este fenómeno. Es tarea para los estudiosos del fujimorismo y de los especialistas en política y sociología. Incluso debería convertirse en caso tipo para las facultades universitarias.
Los resultados de la primera vuelta electoral, eran más auspiciosos para Keiko Fujimori que para su contrincante Pedro Castillo. Tomando todos los votos válidos de los partidos de orientación “de derecha”, en los que se incluía Fuerza Popular, Renovación Popular, Avanza País, Alianza para el Progreso , Podemos Perú y Perú Patria Segura, le daba una ventaja de 220,000 votos.
Si bien es cierto que Alianza para el Progreso , Podemos Perú y Perú Patria Segura no tenían una vocación de derecha ideologizada, no se podía imaginar un cruce de vereda hacia Perú Libre, que cargaba con el estigma del marxismo leninismo de los años sesenta de Vladimir Cerrón. A esto se agregaba que las fuerzas de derecha tenían una votación favorable en Lima y Callao, norte y oriente, sumando 1.83 millones de votos, que eran atenuados por la votación de los demás en el sur y centro, que ascendía a 1.61 millones de votos.
Con esa tendencia zonificada, el llamado a ejercer el voto ausente de primera vuelta que se hacía desde el fujimorismo y aliados circunstanciales, también les favorecía, pues estábamos hablando de 5.1 millones de votos en Lima y Callao, norte y oriente; mientras que el sur y centro era de tan solo 1.8 millones de votos.
A la hora de la verdad, el llamamiento a más participación y voto efectivo; en un balance derecha (Keiko Fujimori) versus los demás (Pedro Castillo); devino en que los primeros solo llegaron a incrementar la votación en 1.5 millones, mientras que los segundos lo hicieron en 1.8 millones. Esto se consiguió con un aumento del voto válido de 3.1 millones, entre los que se cuenta más asistencia y menos boletas en blanco y nulo.
La tarea para los analistas especializados está en identificar cuáles fueron las razones de tan magro resultado para la tres veces aspirante al sillón presidencial, teniendo un despliegue mediático ampliamente favorable, apoyo de su antiguo fustigador (Mario Vargas Llosa) y un mejor desempeño en los debates de técnicos y de candidatos.
La prédica de antifujimorismo de tres décadas no es suficiente para explicar lo ocurrido, hay más. Su ofrecimiento de reparto de canon y de incremento bimestral de Pensión 65 no caló; lo mismo ocurrió con sus pedidos de disculpa. Ella y sus voceros no generaron la emoción suficiente para atraer a los electores, que en un 50% apostó por la prédica radical y vengativa de Castillo.
Por estas y otras razones, que los especialistas señalarán, hoy se llega a una situación donde todas las miradas están puestas en lo que decida el JNE, con un país polarizado y con las pasiones y temores excediendo a las razones. Una complicadísima situación la que viviremos en el futuro inmediato y mediato.