A cuatro días de haberse publicado el reglamento de la ley de Ollas Comunes por parte del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), las dirigentas de estas organizaciones señalan que deben hacerse «observaciones y reajustes» a la norma pues no garantizan que los alimentos lleguen de manera efectiva a su destino.
Fortunata Palomino e Irene Chávez, dos dirigentas de Ollas Comunes, plantearon estas críticas al reglamento. Ambas coincidieron en que delegar la logística alimentaria a las municipalidades representa un riesgo para sus organizaciones.
Fortunata Palomino es presidenta de la Red de Ollas Comunes de Lima Metropolitana, que agrupa a 2 447 de estas organizaciones. Ella señaló que su institución planteó algunas «experiencias» para ser tomadas en cuenta en el reglamento, pero que no fueron escuchadas. Estas experiencias tenían que ver con la distribución de alimentos por parte de las municipalidades.
«Por una sencilla razón no estamos de acuerdo con que los municipios sean parte de la entrega de víveres, porque muchas veces desvían los recursos que deberían llegar directamente a las personas que necesitan […] porque hacen clientelismo político o entregan a las personas que son sus afines o los dirigentes de las asociaciones que no están dentro del padrón de las Ollas Comunes», sostuvo.
Además, señaló que varias veces las municipalidades «condicionan mucho a las dirigentas» para que «vayan a sus marchas, a sus reuniones» de apoyo político a cambio de darles los alimentos para alimentar a «cientos de personas que lo necesitan».
«Por eso, nosotros vamos a presentar documentos al Midis para que ese reglamento sea modificado en algunas partes. Y también en la ley porque también permite que el municipio haga el manejo de la distribución a las ollas comunes», refirió Palomino.
En ese sentido, ella planteó que la distribución la realice una institución «imparcial y sin contacto político», como el Ejército o la Iglesia.
«Creo que nosotros hemos sido claros: Midis puede hacer las compras, pero las entregas tienen que hacerlas una institución que sea imparcial y que sea también mediante el Ejército, algunas iglesias que siempre han estado apoyándonos, pero son personas neutrales que no tienen contacto político», explicó.
También propuso que las compras sean realizadas mediante «tarjetas alimentarias» o comprando directamente a los «pequeños agricultores» para que «también se beneficien» con los recursos destinados a sus organizaciones sociales.
«Planteamos que sea mediante las tarjetas de compra o haciendo las compras directamente a productores agropecuarios de los pequeños agricultores, que también se beneficien con los recursos porque, muchas veces, son ellos los que han puesto el hombro, son nuestros hermanos comerciantes mayoristas, agricultores que nos han apoyado para sobrevivir más de dos años», señaló.