¿Quién está polarizando al país cotidianamente?
Dina Boluarte dice que el Congreso busca un gobierno parlamentarista. No, señora. El Congreso busca ser el garante de que Perú no se convierta en Cuba o Venezuela. Es el reducto de los que creemos en la democracia. Si no lo sabe, toda reforma constitucional, antes de ser sometida a referéndum, debe ser aprobada por el Congreso. Lea el artículo 206 de la Constitución y el artículo 39-A de la Ley 26300, de participación ciudadana, que nos remite al mismo artículo constitucional. No hay nada que discutir aquí ni en el Tribunal Constitucional (TC) ni en una tertulia de café.
Señor Pedro Castillo, ¿sabe lo peor que le puede hacer un hombre a su pueblo? Lanzarse a la Presidencia sin saber por qué ni cómo ni con quién. El periodista César Hildebrandt le pregunta si tiene un plan y un horizonte claro y responde: “Me quita el sueño llevar al Perú a un bienestar donde la gente deje de estar pensando en polarizar las cosas”. Pues es usted quien polariza.
“Más bien estoy aprendiendo cada día”, dice; algo así como un piloto que no sabe la ruta y tampoco volar. “¿Cuál ha sido el peor momento de su gestión?”, le pregunta Hildebrandt y usted responde: “Me preocupa la inestabilidad política. Hay personas dedicadas a crear esa inestabilidad”. Y yo que pensaba que era usted y sus socios los que la creaban. Quien se victimiza se condena a hacer todo mal. Asuma sus errores. Dice no tener nada con Cerrón, pero se cierra en cambiar de Constitución. Cuadre a quien le diga que los cambios se harán, aunque medie la violencia; un ápice de ella se parecería mucho a un golpe de Estado.
“Yo nunca lanzo propuestas en contra de mi país. Yo tengo una responsabilidad suprema, que es gobernar para todos”. Nuevamente sus palabras chocan contra lo que se ve. Luego dice, sin saber de Chile, sin saber de Constitución, sin saber…: “Veo que el Congreso tiene su propia agenda. Yo creo que hay que mirar otras experiencias, lo que acaba de pasar con la hermana república de Chile, por ejemplo”. Por cierto, Gabriel Boric acaba de decir que “Venezuela es una experiencia que ha fracasado y la principal demostración son los seis millones de venezolanos en diáspora”. Apunte y ahora lea el manualito que le alcanzo.
¿Quiere ser un estadista? Nadie invierte si le cambian las reglas, nadie invierte sin ganancia, nadie invierte con la “policía” en las espaldas. Un estadista es, por sobre todo, un inspirador, un animador, un motivador. Subraye las tres. Quien quiera ser presidente que se prepare para inspirar, animar y mover, también para llamar a la serenidad y la confianza. Ejercer el poder es llamar a un salto a la fe. No hace falta ser magíster. Se es líder anímico aún desde la llanura, porque gobernar es un acto de voluntad; para los detalles están los técnicos. De eso se trata, señor.