En sector Salud se prioriza argumentos ideológicos
El ministro de Salud, Óscar Ugarte, y la presidenta del Consejo de Ministros (PCM), Violeta Bermúdez, al menos en el corto plazo, han cerrado cualquier posibilidad de que el sector privado adquiera y distribuya las vacunas contra el Covid. Los argumentos del Gabinete Bermúdez y del ministro Ugarte son más o menos los siguientes: las compañías que producen vacunas solo venden a los estados, los vendedores exigen garantías del Estado porque las vacunas están en tercera fase de ensayo y es un bien que no se puede vender. Es decir, deben ser distribuidos gratuitamente.
Sin embargo, estos argumentos se vuelven risibles frente a una decisión política o una voluntad del Ejecutivo de convocar a todos los sectores de la sociedad para organizar una gran cruzada nacional que garantice la inmunización de los peruanos en el 2021, y que evite el aumento de la letalidad y la destrucción de la economía. ¿Por qué? Porque bastaría un decreto supremo o quizá que el Ejecutivo promueva una ley que establezca lo siguiente: que el Estado otorga aval a todos los sectores privados que coordinen con el Ejecutivo en las negociaciones con los laboratorios, y que el Estado asume la garantía de todas las vacunas aprobadas por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA en inglés) de los Estados Unidos, la Agencia de Medicamentos de Europa (EMA) y el Ministerio de Salud de la Federación Rusa. Si hubiese voluntad, el decreto de urgencia o el proyecto de ley ya habría sido aprobado para ayer.
Lo más grave de todo es que el Gabinete Bermúdez ha comunicado que solo están garantizados los contratos con Pfizer, Astrazeneca y el mecanismo Covax. No hay un cronograma de llegada de vacunas y la promesa de los tres millones de dosis de Sinopharm sigue estando en veremos.
En otras palabras, el actual Ejecutivo –al igual que la pasada administración Vizcarra– sigue fracasando en garantizar la inmunización de los peruanos en el 2021. Es más, no hay nada que asegure que estaremos en mejores condiciones con respecto a la vacunación de la población ante la eventualidad de que se desate una tercera ola de la pandemia, frente un virus que suele mutar en el lapso de seis a doce meses.
¿Por qué el Estado está fracasando en la provisión de las vacunas para la población? Los yerros de la pasada administración Vizcarra deben investigarse hasta el final, sobre todo el llamado Vacunagate. En el caso de la administración Sagasti, creemos que los errores tienen que ver con esa tradición oenegera y de izquierda que es absolutamente ineficiente en los mercados, en las negociaciones y en el mundo de los contratos. Hoy la mayoría de ministerios y dependencias estatales (hasta el MEF) están poblados por funcionarios ideologizados que desconocen cómo se mueve el mundo de los contratos internacionales.
Por todas estas consideraciones, el presidente Sagasti, en el acto, debería promover una nueva normatividad para posibilitar el ingreso de los privados en la importación y distribución de las vacunas. E igualmente debería convocar a la gerencia y los recursos de la empresa privada para formar alianzas público privadas que comiencen una ofensiva mundial para conseguir las vacunas y garantizar la inmunización de los peruanos en el 2021.
Finalmente, los ministros y funcionarios del Gabinete Bermúdez deberían despojarse de cualquier prejuicio ideológico y entender que lo más cosmopolita, transnacionalizado y globalizado que existe en el Perú es el sector privado que, en los últimos 30 años, ha salido a conquistar los mercados mundiales de todos los continentes. Allí existe un conocimiento que puede hacer la diferencia entre el éxito o el fracaso en la adquisición de las vacunas para el 2021. De otro lado, se debe invocar a los candidatos a dejar este tema al margen de la campaña electoral para evitar la politización de un tema tan sensible.
Por todas estas consideraciones, Presidente Sagasti, ¡reaccione, por favor!