Pensadores posmarxistas dan las coordenadas de las protestas
El vacado presidente Vizcarra y los posmarxistas coinciden en este momento en un punto: ambos pretenden generar una crisis política que devenga en una crisis de gobernabilidad. No obstante, ambos también –es decir, Vizcarra y los caviares posmarxistas– tienen dos objetivos distintos. Vizcarra pretender desarrollar el argumento de la persecución política para obtener un posible asilo político que lo libre de la casi segura prisión preventiva. Los posmarxistas caviares, en cambio, ven en sus sueños húmedos la posibilidad de que las protestas generen una chilenización que lleve a un momento destituyente, con una asamblea refundadora como objetivo mayor.
Hay que reconocer que los caviares, con el dinero de los subsidios estatales que inyectaron Humala primero y luego PPK/Vizcarra, dominan el mundo de las redes sociales y han logrado desarrollar diversas posverdades e imponerlas en algunos sectores, sobre todo en los jóvenes. En Twitter, que es el órgano oficial de propaganda, o el Pravda digital (que está infinitamente sobre representado) los pensadores posmarxistas dan las coordenadas de las protestas y delinean con todas las mentiras, que dichas mil veces se convierten en verdad. Queda entonces librar una intensa batalla cultural, pero eso es harina de otro costal ahora.
Entre esas posverdades se dice, por ejemplo, que el Gobierno de Manuel Merino es golpista; sin embargo, soslayan a propósito que el nuevo Ejecutivo es resultado de una sucesión republicana y constitucional, y emerge del primer poder del Estado, donde reside la soberanía y la voluntad popular. Y no dicen que casi el 80% de sus representantes votaron a favor de la vacancia. En otras palabras: aquí no hay golpe, señores.
Martín Vizcarra ha dicho varias veces que este es un Gobierno ilegítimo. Mientras no se dicte aún una prisión preventiva, Vizcarra ha colocado todos los misiles y dirá, día y noche, que el de Merino es un Gobierno ilegítimo, esperando el más mínimo yerro. Los posmarxistas (caviares) y los “inocentes liberales” hayekianos que buscan votos también dirán lo mismo: Gobierno ilegítimo (en coro).
En los buenos manuales de la guerra (y la política) se dice que la primera tarea es reconocer al enemigo principal. Los milicianos americanos acostumbraban “bajarse” oficiales en la guerra revolucionaria americana, porque ello dañaba la línea de mando. Ahora queda identificar bien a los adversarios y enemigos. Algunos pensarán que son algunos medios que en su día apoyaron a Vizcarra, y otros dirán que es el moqueguano. No señores. Los adversarios principales son los caviares posmarxistas que ven en Merino al Kerenski peruano y sueñan en una salida a la chilena.
Lo bueno es que aquí no hay vacío de poder y que el Perú tiene a uno de los capitalismos populares más potentes de toda la región. Emprendedores que piensan muy distinto que los posmarxistas caviares.