Al promediar las 10 a. m. del pasado viernes 9 de agosto el congresista Carlos Zevallos ingresó a las instalaciones de la Municipalidad de La Molina, pero al parecer no de la mejor manera.
Los inconvenientes se dieron desde la puerta, ya que le ofuscaba identificarse, «Fue prepotente y nos trató mal. Nos decía que a él no le podíamos pedir documentos. Dijo que no necesitaba una cita con el alcalde porque él estaba en su función de fiscalizador. Nos amenazó con llamar a la fiscalía», denunciaronnlos trabajadores.
«Entró diciendo que quería hablar con el alcalde. Se le ofreció amablemente que hable con el asesor del burgomaestre a lo que respondió alterado «No hablo con payasos», mientras gritaba todo el tiempo», narró uno de los trabajadores .
Según lo mencionado por los trabajadores, el parlamentario Zevallos quería hablar directamente con el alcalde por lo que exigía a gritos que lo lleven a alcaldía.
Finalmente, fue atendido por la gerenta municipal. La sorpresa fue que su visita no fue en plan de fiscalizador, como mencionó en un inicio, sino a exigir información sobre una multa, un impuesto predial que él tenía. Luego personal municipal lo escoltó hasta la salida.
La Municipalidad está evaluando denunciar al congresista por el maltrato que habrían sufrido los trabajadores.