Los padres que tienen altos niveles de estrés y que no pueden manejar adecuadamente sus emociones provocan un impacto negativo en la conducta y las relaciones sociales de niños y adolescentes en proceso de formación.
La psicóloga del Equipo de Salud Adolescente del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Mariela Tavera, advirtió que esta inestabilidad emocional en los adultos, producto de diversas circunstancias, afecta los vínculos familiares, sobre todo en los niños, quienes captan muy rápidamente los cambios de humor de los padres.
La especialista Tavera indicó que el estrés normalmente genera irritabilidad, frustración e impaciencia que, muchas veces, se descarga con los hijos, lo cual podría desencadenar problemas socioemocionales en los niños.
Tavera dijo, además, que esta investigación permitió distinguir tres tipos de problemas en los niños por causa del estrés de los padres. El primero está vinculado a lo emocional, con temas de ansiedad o penas prolongadas. El segundo está dirigido a problemas de concentración y atención; y el tercero implica dificultades conductuales como, por ejemplo, agresividad, llantos intensos y prolongados o irritabilidad.
La especialista señaló que, dependiendo de cómo el adulto afronte el estrés, así lo aprenderán a manejar los niños.
“Si normalizamos los gritos, la violencia física en casa, entonces los niños y adolesentes entenderán que son formas normales de reaccionar ante las dificultades y empezarán a incorporarlos en su comportamiento habitual”, acotó Tavera.
Por tanto, la psicóloga recalcó que los padres no solo deben sentarse a conversar con sus hijos y preguntarles cómo se sienten, sino acompañarlos a entender sus emociones y demostrarles que los adultos también son capaces de autorregularse emocionalmente.
Para finalizar, la psicóloga recomendó que los adultos aprendan a priorizar, valorar y trabajar las relaciones entre padres e hijos para generar espacios de comunicación saludables en la familia. Además, recalcó, para disminuir los niveles de estrés es necesario descansar y dormir bien, pues eso ayuda a tener una mejor salud mental.