El presidente prometió “seguridad jurídica y reglas claras”
El reciente nombramiento de tres destacadas personalidades del mundo académico y profesional como directores del Banco Central de Reserva (BCR) puede considerarse como una extraordinaria noticia económica, frente a las desgracias informativas políticas diarias. La noticia también alivia porque de alguna manera, con los recientes nombrados directores, el BCR, uno de los pilares de eso que se llama el modelo económico, está a salvo. Por lo menos por ahora.
La noticia se enlaza con las imágenes de un Pedro Castillo en la CADE Ejecutivos 2021, prometiendo al sector empresarial que “en el Perú seguirá existiendo seguridad jurídica y reglas claras”. ¿A qué vamos con estas dos noticias? A que de alguna manera el Perú, su sociedad y sus instituciones resisten al proyecto bolivariano de Perú Libre, probablemente uno de los proyectos de cuño chavista más recios, luego de aquel Ollanta Humala de polo rojo. En otras palabras, pretender sovietizar el Perú a punta de una nueva asamblea constituyente y de una nueva constitución de corte estatista, no está en los planes del inmenso Perú, ancho, ajeno y popular.
Ahora bien, para el suscrito ha sido el poder de los mercados populares el que ha logrado frenar todas las ambiciones del comunismo más ortodoxo, que desarrollan Perú Libre y Castillo. Los mercados populares que se han extendido e incluidos a millones de peruanos, y que no son sino una red de instituciones potentes donde hierve el capitalismo puro, han desarrollado también una narrativa y un relato casi imbatible: la idea del emprendedor y el empresario popular. En Puno, donde el 90% votó por Castillo, bulle el capitalismo en todas sus caras. Quizá la única aproximación es que ese capitalismo antiestatista de los empresarios populares llevó a votar por el anti establishment castillista.
Sí, es cierto que también hay otra parte de verdad. La oposición en el Congreso ha hecho y hace lo suyo, y ha ayudado a frenar el proyecto bolivariano, pero de algún modo esa no es una respuesta válida sin la sociología que acompaña a la política.
Ahora que, de momento, se ha frenado el proyecto bolivariano y que Castillo recula y hace llamados al empresariado, queda saber si existen las condiciones para una vacancia del mandatario. Para el suscrito una vacancia necesita de condiciones objetivas y subjetivas, y ello sucederá solo cuando el mundo popular la legitime y la promueva. En ese sentido, se equivocan si desde el Congreso, una institución con baja legitimidad, quieren hacer nacer una vacancia con suficiente fuerza para que sea verdad.
Engels decía que la misma fuerza que originó la vida acabará con ella. La misma fuerza del mundo popular que apoyó a Castillo lo terminará hundiendo, por la única razón de que el proyecto chavista creyó ver socialismo y utopía donde el capitalismo popular bulle, un capitalismo anti establishment.