Por la pandemia y la crisis económica
Es indudable el efecto catastrófico que viene teniendo la pandemia del Covid-19 sobre el empleo en el mundo y en nuestro país. En el trimestre móvil setiembre-octubre-noviembre del 2020, la población ocupada de Lima Metropolitana disminuyó en 16,5% (-819,200 personas) al compararla con igual trimestre del año 2019; así lo dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en el informe técnico Situación del Mercado Laboral en Lima Metropolitana.
Según grupos de edad, la población ocupada disminuyó en todos los grupos etarios: así el empleo juvenil disminuyó en 19,8% (-159 mil 500), del grupo de 25 a 44 años en -14,4% (-375,200) y entre la población de 45 y más años de edad en -18,4% (-284,500). Según el tamaño de la empresa, el empleo disminuyó en las empresas con 1 a 10 trabajadores en -11,4% (-343,800 personas), en las empresas con 11 a 50 trabajadores en -33,2% (-156,200) y en las empresas con 51 a más trabajadores decreció en -21,5% (-319,200).
En efecto, el golpe ocasionado por la pandemia del coronavirus Covid-19 ha sido devastador en el empleo, pero con mayor incidencia en las micro y pequeñas empresas (mypes). En tal sentido corresponde al actual Gobierno tomar las medidas económicas más adecuadas para atenuar en algo el golpe, apoyando fuertemente la reactivación económica de este importante sector. Pero teniendo presente siempre que primero está salvaguardar la salud y vida de las personas, por ello se deben tomar todas las medidas de protección y prevención de contagios de esta terrible pandemia.
En cuanto al funcionamiento de las instituciones públicas y privadas el uso de herramientas tecnológicas, como el teletrabajo, vienen siendo de mucha utilidad y eficacia, por lo que deberían masificarse en todas aquellas actividades que pueda ser aplicable. Y ser de aplicación aún después de levantado el estado de emergencia sanitaria. Una decisión que debe ser tomada de manera técnica y objetiva, dado que la inmovilización y el distanciamiento social son un medio eficaz para contener el contagio masivo de esta pandemia.
No se trata de entrar en el dilema entre la economía y la vida. No podemos flexibilizar las restricciones sanitarias, hacerlo sería exponer a las personas a un contagio masivo y, por ende, también a un crecimiento exponencial de decesos. Hay actividades que definitivamente no pueden trabajar como antes de la pandemia, como aquellas que impliquen riesgo de aglomeraciones. Muchas empresas tienen que reinventarse y adaptarse al nuevo contexto.