Ninoska Chandía, presidenta ejecutiva del Instituto Nacional de Radio y Televisión (IRTP), es una figura controvertida que parece gozar de un blindaje total. Con su actitud distante, Chandía se ha convertido en la protegida intocable del gobierno, un hecho que genera descontento entre la opinión pública y que ahora también ha captado la atención de la Fiscalía de la Nación.
Chandía es un ejemplo claro de cómo un funcionario puede permanecer en el cargo a pesar de numerosas críticas. Entre las irregularidades más notables de su gestión se encuentran los cuestionados contratos con la conductora Tula Rodríguez. Sin embargo, esto es solo la punta del iceberg. En el canal de todos los peruanos, TVPerú, los escándalos y el mal manejo parecen ser la norma.
Enrique Wong Arica, actual gerente de prensa del IRTP, comparte protagonismo en esta trama. Según fuentes de ‘ContraCorriente’, Wong y Chandía habrían abandonado sus funciones públicas para asistir a una ceremonia de Ayahuasca, poniendo en evidencia un posible vínculo más allá de lo profesional.
Fotografías de ambos en lo que parece ser el mismo lugar y época refuerzan estas sospechas, sugiriendo un conflicto de interés si existiera una relación sentimental.
Las consultas formales y mensajes enviados vía WhatsApp a ambos funcionarios sobre el contexto de sus viajes y la gestión en el IRTP no han recibido respuesta. El IRTP, entidad adscrita al Ministerio de Cultura, parece operar bajo un descarado blindaje, transmitiendo una señal de impunidad y falta de transparencia.
Leslie Urteaga, ministra de Cultura, ha evitado tomar una postura firme respecto a los cuestionamientos sobre Chandía. A pesar de las críticas y la evidencia de irregularidades, Urteaga ha optado por no intervenir, levantando sospechas de favores políticos o cuotas de poder.
Chandía, conocida por su cercanía con la mandataria Dina Boluarte, ha sido acusada de convertir el canal del Estado en una plataforma del gobierno de turno. Además, ha sido señalada por utilizar las instalaciones de TVPerú para grabar videos promocionales de la Universidad César Vallejo, incurriendo en un presunto delito de peculado de uso.
Las críticas a la gestión de Chandía incluyen también la contratación de personas allegadas a Nicanor Boluarte sin el perfil profesional necesario. Viajes lujosos y el uso indebido de recursos del Estado, como el resguardo policial, son parte de los cuestionamientos. No obstante, Chandía sigue en su puesto, aparentemente inamovible.
El caso de Enrique Wong ilustra aún más la falta de transparencia. Su ascenso de camarógrafo a gerente de prensa, duplicando su salario, plantea serias dudas sobre la meritocracia en el IRTP. La falta de cumplimiento con los requisitos establecidos para el cargo, según el Manual de Clasificador de Cargos, es otra muestra de irregularidades.
La fiscalía ha iniciado una investigación por los contratos de Tula Rodríguez con el IRTP. Rodríguez, conocida figura de entretenimiento, fue criticada por su falta de conocimiento sobre ceremonias incaicas como el Inti Raymi, destacando una aparente incompatibilidad en la comunicación cultural del canal del Estado.
Ninoska Chandía, con su mirada de pocos amigos, parece determinada a mantener el control de los medios de comunicación del Estado, mientras su gestión se desmorona. La impunidad y el blindaje desde el Palacio de Gobierno son la consigna, dejando a la opinión pública en un mar de dudas y críticas sobre la verdadera transparencia y justicia en el IRTP.
