A través de un diseño más intuitivo y contenido conciso, los consumidores peruanos y de la región pueden comprender fácilmente sobre los datos clave en los alimentos que están considerando comprar. Conocer la composición lo que se va a comer, es un derecho.
“Es fundamental promover la tendencia de las etiquetas limpias, ya que responden a la alta demanda de los consumidores por productos más saludables y transparentes, fortaleciendo así la confianza y diferenciación de la marca en el mercado”, señala Evelyn González, vicepresidente de marketing de Puratos Latinoamérica.
La industria alimentaria se ve incentivada a mejorar la calidad de sus productos y a ofrecer opciones más saludables para cumplir con los estándares requeridos en el etiquetado, lo cual, no solo beneficia a los consumidores al tener acceso a una variedad más amplia de opciones saludables, sino que también fomenta la mejora continua en el sector.
Según el estudio Taste Tomorrow de Puratos, en Latinoamérica los datos más buscados por los consumidores en cifras son ingredientes 44%, valor nutricional 35% y origen de producto 30%. Perú ocupa el segundo lugar en cuanto a información en el etiquetado de productos de panadería y repostería se refiere, después de México y seguidos luego por Brasil y Chile.
Clean Label es un término ampliamente aceptado en la industria, pero para el cual no existe una definición reglamentaria. A menudo resulta en la eliminación o reducción de algunos ingredientes como, por ejemplo: sin aditivos, sin conservantes, sin colorantes artificiales, sin sabores artificiales, entre otros.
La concepción común es que un producto de etiqueta limpia debe consistir en una lista corta y clara de ingredientes «conocidos». La opinión pública en torno a ella está en constante evolución y difiere significativamente entre regiones y países. “En Puratos, por lo tanto, es más apropiado optar por el término » Cleaner Label «, ya que muestra que no es un estado final sino un proceso continuo”, aclara González.
Los consumidores de toda la región pueden leer fácilmente las etiquetas y determinar si un producto contiene ingredientes que pueden desencadenar reacciones alérgicas o problemas de salud. Esto ayuda a evitar riesgos innecesarios y permite a las personas tomar decisiones alimentarias más seguras.
