Según la Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas
Una de las variables que más afectan la economía de un país son las expectativas, que influye en otros indicadores, como la inflación, el tipo de cambio, el comportamiento de los consumidores y de los inversionistas, entre otros. Las expectativas empresariales bajan debido a factores internos, la influencia negativa de factores económicos y geopolíticos externos, o un evento inesperado que afecte la economía. En base a lo expuesto veamos las últimas expectativas empresariales en el Perú en el mes de abril del 2022.
Según la última Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), publicada el 5 de mayo del presente año, todos los indicadores de expectativas en el mes de abril del 2022 con respecto a marzo del 2022, cayeron o se mantienen en terreno pesimista (índice menor a 50). El índice de la economía a 3 meses pasó de 39.0 a 34.9 puntos, el índice sobre la economía a 12 meses pasó de 46.7 a 40.3 puntos, el índice del sector a 3 meses pasó de 49.0 a 43.5 puntos, el índice del sector a 12 meses pasó de 55.1 a 48.9 puntos, el índice de la situación de su empresa a 3 meses pasó de 50.7 a 47.9 puntos, el índice de la situación de su empresa a 12 meses pasó de 57.5 a 52.8 puntos, el índice de la demanda de sus productos a 3 meses pasó de 54.3 a 50.4 puntos, el índice de la demanda de sus productos a 12 meses pasó de 60.9 a 55.9 puntos, el índice de contratación de personal a 3 meses pasó de 50.2 a 48.4 puntos, el índice de contratación de personal a 12 meses pasó de 60.9 a 55.9 puntos, el índice de inversión de su empresa a 3 meses pasó de 48.6 a 45.0 puntos, y el índice de inversión de su empresa a 12 meses pasó de 53.5 a 50.6 puntos.
Considero que los resultados de la citada encuesta, básicamente se debieron a dos factores: la incierta evolución de la pandemia del covid-19 que viene afectando al mundo y a nuestro país; y también fueron fruto del contexto interno en el que nos encontramos: ruido político, conflictos sociales, las denuncias de corrupción difundidas por los medios de prensa, el alto nivel de inseguridad ciudadana y las trabas burocráticas.
A estos factores se suma un difícil contexto económico y geopolítico externo. Los precios internacionales de los cereales, petróleo, gas, fertilizantes, azúcar, entre otros, han impulsado el alza los precios de los productos de primera necesidad, como resultado de las tensiones militares entre Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, frente a Rusia, China, Irán, Corea del Norte y sus aliados, que son los principales productores mundiales de estos productos.
Todo ello explica el pesimismo de las expectativas empresariales, que se puede agudizar e influir de manera nefasta en algunos indicadores de nuestra economía y en el comportamiento de los inversionistas, tanto locales como extranjeros, en lo que resta del presente año. Además el riesgo de un conflicto global y un rebrote de la pandemia en nuestro país no está descartado, y encima estamos en alerta sanitaria por la expansión en el mundo de la viruela del mono.
En tal sentido, el Gobierno no tiene otra alternativa que mejorar las expectativas empresariales combatiendo eficiente, eficazmente y con transparencia los mencionados problemas internos que golpean a nuestro país, pero respetando el marco constitucional vigente. El Gobierno debe ser proactivo al impacto que pueda tener en nuestro país el contexto económico y geopolítico externo, tanto en el corto, mediano y largo plazo, tomando las acciones preventivas y correctivas que correspondan.