Apuntes para una biografía del fundador del APRA
Conocí a Víctor Raúl a los pocos meses de su regreso del exilio. Había estado hasta entonces con la memoria de sus cinco años como asilado en la Embajada de Colombia. Fui al local del Partido a los pocos días de su regreso al Perú, en 1957. Subí las escaleras hasta la jefatura. Allí me presentaron al Jefe. “Así que tú eres Valle Riestra, el que se enfrentó en el Callao a Pedro Roselló en 1956. Tienes antecedentes demócratas por tu segundo apellido Olaechea. Así que eres bienvenido. Ponte a trabajar. Prialé me ha hablado bien de ti. Estuvo contigo en la semiclandestinidad”. Pasemos ahora a tratar de la biografía gloriosa de Víctor Raúl.
I
Víctor Raúl Haya de la Torre nació el 22 de febrero de 1895. Desde que tuvo vida universitaria fue un arengador de multitudes. En 1922 luchó con Manuel Seoane Corrales, futuro líder del APRA, para introducir la Reforma Universitaria. Quisieron establecer una universidad desfeudalizada. El apogeo de esa posición dirigida por Víctor Raúl estuvo concretado el 23 de mayo de ese año 1923, en que la oligarquía, traficando con sentimientos religiosos, pretendía consagrar el Perú al Corazón de Jesús. Como consecuencia de su actitud fue arrestado y expulsado del Perú por el régimen Leguiista.
Volvió en 1931 y ese año fue candidato a la Presidencia de la República, enfrentándose al triunfante cachaco militarista Luis Miguel Sánchez Cerro (11/10/31), asesinado meses después por el compañero Abelardo Mendoza Leiva, y este mismo muerto en el acto de eliminar a Sánchez Cerro (30/04/1933). El dictador inició una intransigente dictadura. En el Congreso fue aprobada (09/01/1932)) una ley de emergencia a la cual siguió la persecución culminada con el desafuero de 23 diputados apristas (18/02/32) y su inmediato destierro, incluso vinieron los fusilamientos so pretexto de la revolución de Trujillo.
Haya lanzó un manifiesto a la Nación y dirigió los hilos invisibles de la resistencia clandestina. En esas circunstancias José Arnaldo Melgar Márquez, joven de 19 años de edad, intentó asesinar al dictador el 6 de marzo de 1932. Frustrado tiranicidio. Que se concretó después, como ya dije, por Mendoza Leiva, el 30 de abril de 1933.
II
Retrocedamos. Proclamado ganador en las elecciones presidenciales, Sánchez Cerro fue investido del mando el 8 de diciembre de 1931. Ese mismo día comenzó el reino del terror oficial para exterminar al APRA. El mismo día que el zoocrata inició su mandato como Presidente de la República, Haya pronunció en la Casa del Pueblo de Trujillo un discurso histórico:
Este no es un día triste para nosotros…. A Palacio llega cualquiera, porque el camino que conduce a él se compra con oro o se conquista con fusiles… la misión del aprismo es llegar a la conciencia del pueblo antes que llegar a Palacio. Y a la conciencia del pueblo no se llega con oro ni con fusiles. A la conciencia del pueblo se llega, como hemos llegado nosotros, con la luz de una doctrina con el profundo amor de una causa de justicia, con el ejemplo glorioso del sacrificio. ¡Sólo cuando se llega al pueblo se gobierna: desde abajo o desde arriba!
Y el aprismo ha arraigado en la conciencia del pueblo. Por eso, mientras los que conquistaron el mando con el oro y con el fusil creen mandar desde el Palacio nosotros continuaremos gobernando desde el pueblo.
III
La noticia de la derrota electoral de 1931 la recibe Haya de la Torre serenamente en Trujillo donde proclama:
No estamos perdidos…yo afirmo que estamos más fuertes que nunca, porque gobernar no es mandar, no es abusar, no es convertir el poder en tablado de todas las pasiones inferiores, en instrumento de venganza; en cadalso de libertades; gobernar es conducir, es educar; es ejemplarizar; es redimir. Y eso no lo harán jamás los que van al poder sin título moral.
IV
La vida de Haya de la Torre fue, desde que volvió al Perú y singularmente cuando fue Jefe del Partido Aprista, la de un agitador de conciencias para desfeudalizar la universidad y al país. Todo eso culminó como ya lo he dicho supra el 23 de mayo de 1923. Haya, encarcelado por Leguía, fue a las pocas semanas exiliado del Perú. Volvería en 1931 ya fundada el APRA el 7 de mayo de 1924 en México. Fue una lucha radical contra la plutocracia y el régimen de los engalonados.
V
Pero el Perú del siglo XX y del siglo XXI está influído por Haya de la Torre. Es verdad que el APRA está hoy acéfala pero en poco tiempo aparecerá el caudillo que la lleve a su destino. Víctor Raúl nos ha dejado un mensaje permanente:
Juré dedicar mi vida al servicio de mi pueblo y lo estoy cumpliendo: ser puro, ser siempre un desinteresado defensor de lo que yo creo que son mis ideales salvadores del Perú. Y he cumplido. Mi lucha es y ha sido dura porque soy pobre y he mantenido la dignidad de mi pobreza. Mi única aspiración desinteresada y legítima ha sido y es demostrar al pueblo y a la juventud peruana que sí es posible salvar a la Patria por un camino de auténtica renovación moral en el más elevado y constructivo sentido del concepto.
Yo, nonagenario, vuelvo a insistir que la imagen de Haya será nuestra tutora hoy, mañana y siempre.