Los lunares pueden ser indicadores de nuestra salud cutánea. Aunque la mayoría son inofensivos, es fundamental estar atentos a cualquier cambio. En este sentido, la regla del ABCDE es una herramienta clave y recomendada por los especialistas para identificar signos de alarma.
Además, es aconsejable realizar chequeos dermatológicos regulares, especialmente si se tienen muchos lunares, antecedentes familiares de cáncer de piel o una exposición frecuente al sol. La prevención y la detección temprana pueden marcar la diferencia.
¿Qué es un lunar?
Un lunar es una formación cutánea compuesta por células llamadas melanocitos, responsables de la producción de melanina, el pigmento que da color a la piel. La acumulación de estas células se manifiesta en la piel como manchas, generalmente oscuras. En su mayoría, son benignas y no representan un problema de salud. Técnicamente, se les denomina nevos, aunque comúnmente los llamamos lunares, explicó el doctor Manuel del Solar, presidente del Círculo Dermatológico del Perú, en el programa Tu salud en Cayetano+, conducido por el doctor Leslie Soto.
Evolución de los lunares a lo largo de la vida
Los lunares pueden cambiar a lo largo de la vida debido a diferentes factores como la genética, la exposición al sol y las variaciones hormonales. Durante la infancia y la adolescencia es normal la aparición de nuevos lunares. En la adultez, algunos lunares pueden cambiar de forma o color, e incluso desaparecer. Durante el embarazo, los cambios hormonales pueden hacer que los lunares se oscurezcan o aumenten en número, aunque esto no siempre es un signo de alarma.
¿Tener muchos lunares es una señal de alerta?
Algunas personas tienen más lunares que otras. Las pieles claras suelen presentar una mayor cantidad que las pieles oscuras, lo que puede influir en el riesgo de desarrollar cáncer a la piel. Mientras más lunares tenga una persona, mayor es la posibilidad de desarrollar ciertas afecciones cutáneas, explicó el doctor Del Solar.
Es importante estar atentos a la aparición repentina de múltiples lunares en la adultez o a cambios en los ya existentes, como alteraciones en la forma, color o tamaño. Más allá de la cantidad de lunares, lo fundamental es observar si presentan cambios sospechosos y acudir a un especialista.
¿Cómo diferenciar un lunar benigno de uno maligno?
Para identificar lunares sospechosos, se recomienda seguir la regla del ABCDE:
- Asimetría: Un lunar benigno suele ser simé Si una mitad es diferente de la otra, podría ser maligno.
- Bordes: Los benignos tienen bordes bien definidos, mientras que los malignos pueden ser irregulares o borrosos.
- Color: Los lunares benignos tienen un color uniforme (marrón, negro, o carne). La presencia de varios colores (negro, marrón, rojo, azul o blanco), es una señal de alerta.
- Diámetro: Si mide más de 6 mm (aproximadamente el tamaño de una goma de borrar), debe ser vigilado.
- Evolución: Cualquier cambio en el tamaño, forma, color o la aparición de síntomas como picazón o sangrado, requiere consulta dermatológica.
¿Qué hace el dermatólogo si un lunar cambia?
El especialista realiza un examen clínico detallado, revisando desde el cuero cabelludo hasta los pies con un dermatoscopio, un dispositivo portátil con lupa y luz que permite examinar la piel en profundidad sin necesidad de realizar cortes.
Si el lunar es sospechoso, se extrae para realizar un estudio patológico y determinar si es necesario ampliar su eliminación.
¿El cáncer de piel siempre requiere quimioterapia?
El tratamiento depende de la profundidad del melanoma. Si está en una fase superficial (melanoma in situ), la extracción quirúrgica es suficiente. Sin embargo, si ha penetrado en capas más profundas de la piel, podría haber riesgo de metástasis, lo que requeriría estudios adicionales, como el análisis del ganglio centinela, y tratamientos como inmunoterapia.
Factores genéticos y riesgos de cáncer de piel
Si uno o ambos padres han tenido cáncer de piel, el riesgo en los hijos aumenta, aunque no es una certeza absoluta. Algunos tipos de cáncer de piel, como el melanoma, pueden tener un componente hereditario.
Recomendaciones
- No extraer lunares sin recomendación médica. Es fundamental acudir al dermatólogo al menos una vez al año para un control preventivo. En casos de antecedentes familiares de cáncer de piel, la evaluación puede ser más frecuente.
- Monitoreo fotográfico. Los especialistas pueden realizar un registro fotográfico anual para comparar la evolución de los lunares.
- Evaluaciones más frecuentes en caso de lunares atípicos. Algunas personas con muchos lunares o lunares atípicos pueden requerir controles cada tres o seis meses.
- Uso diario de protector solar. Es esencial aplicarlo incluso en día nublados ya que los rayos UV atraviesan las nubes y pueden dañar la piel.
Cómo aplicar correctamente el protector solar
- Aplicarlo30 minutos antes de la exposición al sol para que la piel lo absorba.
- Reaplicarlocada dos 2 horas, y después de nadar, sudar o secarse con una