La fiscal Marita Barreto está en el centro de una tormenta mediática por sus cuestionados antecedentes psicológicos, académicos y legales. Las investigaciones revelan serias irregularidades en sus títulos y su desempeño profesional, según el dominical ‘ContraCorriente’.
Barreto obtuvo su maestría en Derecho Constitucional y Derechos Humanos en la Universidad Alas Peruanas (UAP) de manera rápida y criticada, tras abandonar la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV), donde cursaba una maestría en Política Fiscal y Tributación.
En solo cinco días, logró defender su tesis en UAP, un proceso que normalmente requiere un riguroso escrutinio. Asimismo, documentos y testimonios sugieren inconsistencias sobre deudas universitarias y falta de aportes académicos sustanciales.
A su vez, su historial está marcado por 31 procesos judiciales en diversas categorías, desde casos familiares hasta penales. Estos conflictos legales, así como un diagnóstico psicológico que sugiere una personalidad bastante «histriónica», aperturan un largo debate sobre su idoneidad para el cargo que hoy ocupa en el Ministerio Público.
«Un segundo peritaje psicológico, ordenado por el Juzgado de Paz Letrado de Concepción, la define como una persona de temperamento fuerte, poco tolerante a la crítica, desconfiada y exagerada. Insegura, en búsqueda de afecto, evidencia indicadores psicofisiológicos de ansiedad, como cefaleas o insomnio; concluyendo una vez más que su personalidad es histriónica», señalan en un reportaje de ‘ContraCorriente’.
