El miedo es la emoción que más rápido aparece cuando tenemos sospecha de estar contagiados con coronavirus o sabemos que alguien de nuestra familia lo tiene. Conversamos con dos expertos en salud mental, quienes coinciden en la urgencia de acabar con el mito de que infectarse es sinónimo de muerte.
Tener miedo es algo normal y humano, explica el médico psiquiatra Jeanrro Aguirre Dedios a la agencia Andina. Se trata de una respuesta adaptativa de nuestro cuerpo a lo que consideramos una amenaza.
Lo terrible en estos casos, anota, es que el peligro temido se encuentra dentro de nosotros mismos y no podemos salir corriendo para salvarnos. Eso genera un estrés desmedido.
Alerta que dicha sensación es contraproducente para los contagiados con Covid-19 porque resta energía para enfrentar de mejor manera el combate físico contra el virus. De igual manera, es dañino para la familia que debe sacar adelante a una persona enferma y además llena de miedo.
Para Aguirre, es necesario reducir al mínimo esta emoción negativa para enfocar la mente y emociones en aspectos que nos generen calma y tranquilidad.
¿Y cómo hacerlo?
«Primero no hay que buscar recetas mágicas o falsas. Hay que tener mucho cuidado con lo que se consume de los medios de comunicación y redes sociales porque existe demasiada información sobre cuántos fallecidos hay, cuántos internados, lo que está pasando en Italia, en Francia. La sobreexposición a estos datos genera alarma y estrés, que no ayuda en nada en estos casos”.
Para quienes tienen sospecha de estar infectados y ya recibieron un resultado positivo o son familiares de alguien contagiado, sugirió no caer en la desesperación o ansiedad.
“Hay que racionalizar la información, buscarla en sitios apropiados, oficiales, accediendo a ella uno o dos veces al día. Nada más”.
El objetivo, señala, es gestionar las emociones, buscando que la persona en aislamiento tenga la posibilidad de “hablar con alguien, de expresar lo que siente, conversar y drenar lo que tiene dentro”. Esto puede hacerlo con el jefe del hogar u otros parientes, respetando siempre las medidas de protección dictadas por el Ministerio de Salud.
Contacto sin rechazo
Según el psiquiatra, lo más importante es desarrollar la empatía a fin de reducir la sensación de abandono que podría experimentar quien está infectado con coronavirus y está en aislamiento.
“Sabemos que estas personas sienten el rechazo y por eso debemos brindarles cercanía, a través de medios que sean seguros, como una llamada o vídeo. El miedo al coronavirus se ha extendido tanto que algunos pueden pensar incluso que el virus se contagia a través de una videollamada. Esto podría dar risa, pero lo terrible es que pasa y muy a menudo”.
Hay que pensar en ¿cómo te gustaría que te traten a ti? y allí se encontrará la manera de relacionarse con quien ahora está enfermo.
“Estas personas pasan dolores terribles, con fiebres muy intensas, necesitan mucho soporte y contención. Hay que decirle estamos contigo, aquí estoy por si me necesitas, si quieres llámame a las 10 o a las 11. La idea es brindarles apoyo para que no se sientan solas, abandonadas”.
A la par del trabajo emocional con el infectado y su familia, el experto sugirió realizar rutinas que los relajen y les permitan prepararse para la vuelta a la normalidad (cambiarse de ropa, no vivir en pijama, bañarse y alimentarse a la misma hora, etc).
Esto no debe implicar el descuido de protocolo de cuidados que se deben tener con una persona con Covid-19, ya que la familia siempre debe permanecer en alerta a las señales de peligro que podrían indicar una atención de emergencia.
Fuera la ira y la frustración
Para la doctora Vanesa Herrera, de nada sirve llenarse de rabia, ira o frustración por haber sido contagiado o estar enfermo con coronavirus.
“Hay situaciones que no están bajo nuestro control. Si las afrontamos desde la frustración, el resentimiento o el odio nada va a mejorar. Necesitamos tener un afronte positivo y saludable. Recomendamos ser realistas y tener claro que si estoy infectado no significa que voy a fallecer. Hay que refutar esa creencia errónea. La gran mayoría de personas se recupera y un mínimo porcentaje tiene mayor riesgo”.
Para la psiquiatra, es necesario desactivar el miedo porque jugará en contra. Mantener la calma y confiar en información realista que nos brinde el equipo de salud.
“Mantener la calma significa concentrarnos en el día a día, en el presente, un día a la vez. Tal vez todos en la vida hemos tenido una situación de afrontación difícil o hemos enfermado anteriormente y, para superarlo, hemos tenido una estrategia”, pues este es el momento de buscar una que permita no desesperarse mientras dure la cuarentena.
Los aliados en esta tarea, anota, son principalmente nuestra familia y amigos más cercanos
Trabajo en equipo
En ciertos casos, refiere la experta, habrá que trabajar en la espiritualidad o una mayor esperanza. Esto dependerá de lo que le mejor funcione con la persona que se presume está contagiada o tiene el virus.
Activamos mecanismos de calma “a través de nuestra fe, de la meditación, del ejercicio, de una conversación empática, en la que soy escuchado sin ser juzgado”.
“A mucha gente la infección los ha agarrado con problemas de salud mental, con conflictos conyugales, problemas con los hijos, con mayor soledad, con sentimientos de vacío. Es así como muchas familias tiran la toalla porque no encuentran la esperanza. Lo que puedo decir en estos casos es que la tristeza y la ansiedad no van a ayudar en la recuperación de la infección y por otro lado, nunca es tarde para reiniciar los lazos afectivos con la familia”.
Además de velar por la salud, buena alimentación y sueño de todos en casa -incluido quien está enfermo-, es esencial trabajar en equipo para afrontar esta difícil experiencia, dijo.
“Debe recordarse que una comunicación eficaz y saludable evita expresiones negativas, que transmitan lástima o preocupación excesiva. Evita comentarios catastróficos. Debemos concentrarnos en dar aliento, en transmitir afecto. Es importante decir te queremos, te amamos, estamos resolviendo esto juntos. Y decirlo día a día, no esperar que nuestro ser querido se complique para recién hacerlo”.
Destacó que en época de coronavirus, ante el distanciamiento físico, debe redoblarse la intimidad emocional.
“Reencontrémonos con nuestra familia, ya sea de forma virtual o presencialmente. Es importante que la persona se dé cuenta de la fortaleza que tiene ante la adversidad y que estamos allí para acompañarlo en el proceso”, resaltó la experta.