Algunas recomendaciones para mejorar la comprensión lectora
Es curioso que hayamos perdido de vista el origen de la expresión ´sentido común´. Pues etimológicamente la expresión proviene de sensus communis y, más que evidente, ello nos remite a lo aprehensible a través de los sentidos. La tendencia a racionalizar, en buena cuenta, nos hace perder de vista el sentido común y su sentido.
Ya el monumental antropólogo James George Frazer –en su análisis de la larga duración de la humanidad- nos decía: “En último análisis magia, religión y ciencia no son más que teorías del pensamiento, y así como la ciencia ha desplazado a sus predecesoras, así también puede reemplazarla más tarde otra hipótesis más perfecta, quizás algún modo totalmente diferente de considerar los fenómenos… que en esta generación no podemos ni siquiera imaginar”.
De modo que es bueno advertir que las observaciones que haremos aquí sobre la lectura están más basadas en el humilde sentido común –alimentado, por cierto, por la experiencia docente- que en comprobaciones que yo conozca haya hecho la ciencia al respecto.
Escribíamos en una nota anterior sobre los problemas que tenemos con la lectura. Y hablábamos de cómo por la prisa por aprender a ´leer´ optamos a veces por métodos que nos enseñan a leer palabras enteras –las más de las veces asociadas a imágenes– sin hacer el suficiente reparo en que esas palabras están compuestas por unidades menores: los sonidos en la lengua oral, las grafías en la lengua escrita. Perder esto de vista no solo desnaturaliza la comprensión de lo que es el lenguaje sino también hace perder capacidad analítica al estudiante y, en definitiva, perturba la comprensión de que con la combinación de unidades menores se pueden crear nuevas palabras. Asoma por allí parte de la explicación de la pobreza de vocabulario.
De allí que siempre me haya parecido interesante –en los Estados Unidos- el concurso denominado genéricamente Spelling Bee. Cierto es que este está más orientado al aprendizaje de la ortografía, pero cierto es también que al deletrear una palabra el alumno identifica unidades menores. Este año escolar (21/22) este concurso nacional será en Maryland. Sería saludable que esta práctica del deletreo de las palabras la introduzcamos en nuestras escuelas. Pues ayudaría a las lecturas verticales y en profundidad que reclamábamos en una nota anterior. Leer no es solo reconocer las palabras que aparecen ante nuestros ojos. Implica hendirlas con las que no aparecieron y vincularlas con una base cultural.
Y ver y escuchar a John Wayne hablando en español no solo me resulta a mí chocante. Eso sería lo de menos. Lo importante es que cuando no se doblaban las películas, sino que estas tenían subtítulos, uno se veía obligado a leer y a hacerlo rápido y bien para poder seguir la secuencia de lo que se relataba. Difícil encontrar filmes sin doblaje, pero sería saludable –como ejercicio para una buena lectura– retomar esa práctica.
Repito que no conozco estudios científicos que avalen lo dicho hasta aquí. Ello nace simplemente del sentido común. Que creo puede ser útil.